Crisis hídrica y cambio climático en Perú: el impacto de la agroexportación

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Luis Miguel Linares Nima

Perú se ha consolidado como uno de los principales exportadores de productos agroindustriales a nivel mundial, destacando en la comercialización de productos no tradicionales como espárragos, arándanos y aguacates. En particular, el arándano, considerado un producto bandera, ha alcanzado cifras récord en el último año. En 2024, el país registró una exportación neta de 2,270 millones de dólares y un volumen de 326,000 toneladas exportadas, lo que representó un incremento del 57 % respecto a 2023. Este crecimiento ha posicionado a Perú como líder mundial en la exportación de arándanos (Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego [MIDAGRI], 2025).

El auge de la agroexportación ha generado un impacto significativo en la generación de empleo en el sector agrícola. Al cierre de 2024, el sector generó 1.94 millones de puestos de trabajo, representando el 44 % del total asociado a las exportaciones. La alta demanda de mano de obra para el procesamiento y exportación de arándanos, aguacates, uvas, espárragos y mangos ha sido un factor clave en este crecimiento (Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales de la Asociación de Exportadores [CIEN- ADEX], 2024).

El valle de Ica, ubicado en la costa sur del Perú, es una de las zonas agrícolas más productivas del país y un eje clave para la agroindustria de exportación, especialmente en cultivos como el espárrago, la uva y el tomate. Sin embargo, el desarrollo acelerado de esta actividad ha ejercido una presión considerable sobre los recursos hídricos subterráneos debido a la elevada demanda de agua de estos cultivos. Por ejemplo, el riego de espárragos, uvas y tomates requiere aproximadamente 15,000 m³, 10,000 m³ y 15,000 m³ de agua por hectárea, respectivamente. Para tener una mejor idea de esta magnitud, una sola hectárea de espárragos puede consumir el equivalente a seis piscinas olímpicas de agua al año (una piscina contiene cerca de 2,500 m³). Entre los años 2000 y 2011, la producción de espárragos se incrementó de 49,292 a 144,420 toneladas (un incremento del 193%), mientras que la de uvas pasó de 17,460 a 133,137 toneladas (un aumento del 662%). Esta expansión, incentivada principalmente por la creciente demanda del mercado internacional, provocó un descenso crítico de la napa freática, lo que llevó a que los acuíferos del valle de Ica fueran declarados en emergencia hídrica en 2009 por la Autoridad Nacional del Agua (ANA) (Muñoz, 2016).

En esta región se encuentran también los acuíferos de Villacurí y Lanchas, considerados entre los más grandes y estratégicos de la costa peruana, junto con los de Chancay (Lambayeque) y Chicama (La Libertad) (Muñoz, 2014; ANA, 2012). Gracias a la alta calidad de su agua subterránea —preferida frente al agua superficial por su pureza y sus beneficios en la calidad de los cultivos—, el valle de Ica se ha consolidado como una zona clave para la agroexportación nacional. No obstante, desde la década de 1990, la expansión de la agricultura intensiva ha impulsado la perforación de pozos cada vez más profundos y el uso masivo de sistemas de riego tecnificado, como el riego por goteo, lo que ha generado una creciente sobreexplotación del recurso hídrico subterráneo. Esta extracción intensiva ha producido un descenso alarmante del nivel freático en los acuíferos de Ica, Villacurí y Lanchas, llevando a un escenario de escasez que compromete seriamente la sostenibilidad del sistema agrícola y plantea desafíos urgentes para la seguridad hídrica de una de las regiones más dinámicas del país (Muñoz, 2014; ANA, 2012).

En el contexto del comercio internacional y la gestión sostenible del recurso hídrico, el concepto de agua virtual —entendida como el volumen de agua utilizado en la producción de bienes y servicios, aunque no sea visible en el producto final— ha adquirido una importancia creciente. Tal como lo exponen Vílchez Ochoa et al. (2021), el comercio de agua virtual permite optimizar el uso global del recurso, al redistribuirlo indirectamente según las ventajas comparativas de cada región. Sin embargo, esta dinámica también genera desafíos en términos de sostenibilidad, particularmente cuando se analiza a la luz del cambio climático y la presión sobre las fuentes hídricas locales. En ese sentido, los autores detallan el proceso metodológico para estimar la huella hídrica agrícola (HHA), siguiendo el enfoque propuesto por Chapagain y Hoekstra (2004) —y también retomado por Allan (2003) y Zhuo et al. (2014) (citado en Vílchez Ochoa et al., 2021)—, el cual parte del análisis climático para estimar la evapotranspiración de referencia, incorpora parámetros agronómicos como el coeficiente de cultivo (según la FAO), y emplea herramientas como CropWat para calcular la evapotranspiración real y, con ello, el requerimiento de agua del cultivo. A partir de este requerimiento, se estima el volumen de agua virtual incorporado en los productos agrícolas y su impacto en términos de uso hídrico. Si bien el informe revela que Perú importa más agua virtual de la que exporta, este saldo positivo no necesariamente implica una condición favorable, ya que no considera variables críticas como la distribución geográfica de los recursos hídricos ni el nivel de estrés hídrico que enfrentan regiones particularmente vulnerables, como se da en la costa peruana. En esta región, donde reside más del 55 % de la población nacional, la presión sobre los recursos hídricos, ya de por sí escasos, se incrementa significativamente debido a la elevada demanda y la limitada disponibilidad natural del agua.

A pesar de contar con grandes reservas de agua dulce, Perú enfrenta serios problemas de acceso al agua potable y saneamiento. Se estima que, para 2030, el 58 % de los peruanos vivirá en zonas con escasez de agua, lo que posicionaría al país como uno de los más afectados en América Latina y el Caribe. Actualmente, Perú ocupa el puesto 66 en el ranking de estrés hídrico de la ONU y enfrenta un alto riesgo de escasez de agua dulce para 2040. A nivel mundial, 2,000 millones de personas ya sufren estrés hídrico, cifra que podría duplicarse para 2050, afectando la calidad de vida, el medio ambiente y la economía, con pérdidas anuales estimadas en 260,000 millones de dólares (Centro Nacional de Planeamiento Estratégico [CEPLAN], 2023).

El problema se agrava en la costa peruana, donde se concentra la mayor parte de la población y los recursos hídricos son limitados. La falta de inversión en infraestructura para la distribución, tratamiento y almacenamiento de agua potable ha obligado a muchas comunidades a depender de fuentes superficiales, como ríos y lagos, así como del agua subterránea, cuya sobreexplotación ha provocado el descenso de los niveles freáticos y la degradación de los acuíferos. Además, el crecimiento acelerado de la agroindustria y la expansión urbana han incrementado la demanda de agua, generando conflictos entre el uso agrícola, industrial y doméstico (Eduardo et al., 2024).

El cambio climático agrava aún más la crisis hídrica, con fenómenos extremos como sequías prolongadas y eventos de El Niño que alteran la disponibilidad del recurso. En 2024, la temperatura de la superficie terrestre alcanzó un récord histórico, con un incremento aproximado de 1.47 °C respecto a los niveles preindustriales. Este fenómeno, respaldado por análisis de la NASA y la NOAA, se enmarca en una tendencia global en la que los últimos diez años han sido los más cálidos registrados (NASA, 2024). Asimismo, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) advierte que las temperaturas seguirán aumentando en los próximos años, intensificando el estrés hídrico con mayores sequías agrícolas y ecológicas (IPCC, 2021). A pesar de los desafíos que enfrenta, la agroindustria sigue constituyendo un pilar fundamental para la economía peruana, al igual que en otros países de la región. No obstante, su crecimiento no ha sido acompañado por una política integral de gestión sostenible del agua, lo cual plantea serias amenazas para la seguridad hídrica y compromete la viabilidad a largo plazo del sector. En este escenario, el cambio climático intensifica estas vulnerabilidades, al perturbar el equilibrio de los ecosistemas y afectar negativamente las economías locales. Esto incrementa la exposición de las comunidades a fenómenos hidrometeorológicos extremos y a escenarios de escasez hídrica, capaces de detonar crisis socioeconómicas y movimientos migratorios forzados (Autoridad Nacional del Agua, 2015; Naciones Unidas en Perú, 2025).

Frente a este panorama, es fundamental implementar una gestión integral y sostenible del agua, que articule inversiones en infraestructura hídrica resiliente, el desarrollo y adopción de tecnologías para la reutilización y el uso eficiente del recurso, la protección de los acuíferos, así como políticas públicas coherentes que garanticen tanto el acceso equitativo al agua potable como la conservación de los ecosistemas hídricos del país (Eduardo et al., 2024).

Referencias

  1. Armas, A. S., Vílchez, G. L., Valencia, Z. L., Vértiz, J. J., Maldonado, M. M., & Rendón, E. (2021). Comercio Internacional de Agua Virtual. Aporte Sostenible del Perú. Zenodo. https://doi.org/10.5281/zenodo.5108881
  1. Autoridad Nacional del Agua. (2015). Política y Estrategia Nacional de Recursos Hídricos. Recuperado de https://www.ana.gob.pe/sites/default/files/default_images/politica_y_estrategia_nacional_de_recursos_hidricos_ana.pdf
  1. Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales de la Asociación de Exportadores (CIEN-ADEX). (2024). Impacto de las exportaciones: Empleo y PBI – diciembre 2024. Recuperado de https://www.cien.adexperu.org.pe/reporte-de-impacto-de-las-exportaciones-empleo-y-pbi-diciembre-2024/
  1. Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN). (2023). Perú: alto riesgo de vulnerabilidad debido a crisis del agua. Recuperado de https://www.gob.pe/institucion/ceplan/noticias/690049-peru-alto-riesgo-de-vulnerabilidad-debido-a-crisis-del-agua
  1. Eduardo, K., García-Nauto, N., Laqui-Estaña, J., Vásquez-Senador, M., & Cárdenas-Gaudry, M. (2024). Manejo sostenible de cuencas hidrográficas en el Perú: Desafíos y perspectivas. Scientia Agropecuaria. https://doi.org/10.17268/sci.agropecu.2024.043
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  1. Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego. (2025). Perú se consolida como primer exportador mundial de arándanos. Recuperado de https://www.gob.pe/institucion/midagri/noticias/1123994-midagri-peru-se-consolida-como-primer-exportador-mundial-de-arándanos
  1. Muñoz, I. (2016). Agroexportación y sobreexplotación del acuífero de Ica en Perú. Anthropologica, 34(37). Recuperado de http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0254-92122016000200006
  1. Muñoz, I., Navas, S., & Milla, M. (2014). El problema de la disponibilidad de agua de riego: el caso de la cuenca del río Ica. En ¿Escasez de agua? Retos para la gestión de la cuenca del río Ica (pp. 87-126). Lima: Fondo Editorial PUCP.
  1. NASA. (2024). Temperatura global | Signos vitales – Climate Change: Vital Signs of the Planet. Recuperado de https://climate.nasa.gov/en-espanol/signos-vitales/temperatura-global/
  1. Naciones Unidas en Perú. (2025). Un llamado a la gestión sostenible del agua en el Perú. Recuperado de https://peru.un.org/es/291223-un-llamado-la-gesti%C3%B3n-sostenible-del-agua-en-el-per%C3%BA
  1. Noticias ONU. (2025). Los glaciares tropicales de Perú han retrocedido un 40%, para fin de siglo podrían desaparecer. Recuperado de https://news.un.org/es/interview/20

Sobre el autor

Luis Miguel Linares Nima 

Es Ingeniero Ambiental colegiado (CIP N.° 276485) y docente en el Instituto Superior Tecnológico Privado Cibertec. Es egresado de la Maestría en Seguridad, Salud Ocupacional y Medio Ambiente por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú. Su experiencia profesional y académica abarca la gestión ambiental, la valorización de residuos sólidos, las aplicaciones biotecnológicas para la mitigación del cambio climático y la reducción de la huella hídrica y de carbono. Correo electrónico: 20241759@lamolina.edu.pe


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