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Las islas de calor aumentan la temperatura en CdMx: PINCC

Francisco Estrada Porrúa, PINCC en los medios

La sobrepoblación humana, el asfalto, la urbanización, la densidad de automóviles, así como los crecientes edificios crean un microambiente que se calienta


Patricia López Suárez  | Gaceta UNAM


Además del cambio climático que ocurre en el planeta, y el cual ocasiona cada vez más efectos catastróficos para la naturaleza y la humanidad, hay fenómenos climáticos locales, como las islas de calor, que afectan a las grandes ciudades, donde la urbanización, la sobrepoblación humana, el asfalto, la densidad de automóviles y los crecientes edificios crean un microambiente que se calienta.

Las islas de calor se generan en zonas urbanas que experimentan temperaturas más altas que las regiones circundantes por la actividad humana. “Se convierten en relevantes porque ocurren en las metrópolis, donde habita más del 70 % de la población en México”, alertó Francisco Estrada Porrúa, coordinador del Programa de Investigación en Cambio Climático (PINCC) de la UNAM.

Un estudio realizado por el PINCC, revela que estos aumentos locales de temperatura han llegado hasta los tres o cuatro grados Celsius en algunas zonas de Ciudad de México (CdMx), como la oriente y las regiones donde están las nuevas urbanizaciones, explicó el experto.

Estrada Porrúa ofreció la conferencia Caracterizando la isla de calor en superficie de la Zona Metropolitana del Valle de México, dentro del seminario mensual del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC), entidad universitaria donde el economista ambiental es investigador del grupo Clima y Sociedad.

Área de investigación activa

Ante Jorge Zavala Hidalgo, director del ICAyCC y que fungió como moderador, Estrada Porrúa detalló que la isla de calor urbana establece una diferencia entre las temperaturas del aire, superficie o subsuperficiales de un área urbana en comparación con zonas rurales próximas.

“Es un campo de investigación muy activo desde hace casi 200 años y uno de los pioneros en climatología urbana en México, Ernesto Jáuregui Ostos, quien fuera investigador del ICAyCC, estudió las islas de calor”, recordó.

Entre los principales determinantes del clima urbano, el especialista citó al cambio climático global, los factores geográficos de una ciudad (latitud, longitud y altitud), los procesos de variabilidad natural, así como los efectos de contaminantes en clima regional y local (por ejemplo, los aerosoles y el carbono negro).

Advirtió que también afectan a esta modificación climática el reemplazo de paisajes naturales por urbanos, que implican un cambio de balance de energía en la superficie y propician el uso de materiales y estructuras más densos y con gran capacidad térmica y de calor producto de actividades antropogénicas.

Estrada Porrúa indicó que las islas de calor son un fenómeno preocupante que afecta a 1,692 grandes ciudades del planeta en donde habita más del 50 % de la población mundial. En las urbes se genera el 80 % del Producto Interno Bruto (PIB) de los países y por ello las metrópolis son las grandes concentradoras de población.

Advirtió que a esos factores hay que añadir las sinergias entre el calentamiento local y el global en las ciudades.

“Por ejemplo, en el caso de la capital del país, si el aumento promedio por islas de calor es de tres grados puede subir a cuatro por efecto del calentamiento global”, explicó.

Mitigación

Para mitigar las islas de calor urbanas, Estrada Porrúa propuso cambiar los materiales de recubrimiento de las azoteas y usar suelos frescos y techos blancos. Estos últimos, aclaró, se presentan como una opción para aumentar el albedo de las ciudades, es decir, el porcentaje de radiación que cualquier superficie refleja respecto a la radiación que incide sobre ella; en edificaciones nuevas y existentes produce un enfriamiento de menos tres grados Celsius.

También sugirió normar en reglamentos estatales de construcción y leyes de cambio climático, y fomentar la expansión y recuperación de áreas verdes, pues esto reduce la temperatura local entre uno y cinco grados Celsius por evapotranspiración y efecto de sombra.

Fuente: Gaceta UNAM